SHEMA YISRAEL, OYE, ISRAEL, DEUT. 6: 4-9 |
Josue 1: 1-9, I Sam. 15: 22, Mateo 7: 21-23, Lucas 8: 21, Hechos 5: 25-42
Deuteronomio 6: 1-9. La obediencia a Dios implica; Amarle con todo nuestro corazon, toda nuestra alma, todas nuestras fuerzas, para lograr esto es importante leer, meditar, orar, recitar la Palabra de Dios constantemente.
El amor hacia Dios no crece si no le conocemos, para conocerle debemos leer, buscarle en su Palabra, en oracion intima con El, y por supuesto, hacer, cumplir, obedecer lo que nos manda, si le conocemos le amaremos sobre todas las cosas, trabajo, deportes, cine, diversiones, etc. Haremos y cumpliremos con todo lo que El nos manda, luego tenemos la gran responsabilidad de hablar, contar, leer a nuestros hijos, nietos de las grandes maravillas de Dios, lo Poderoso, Bueno, Misericordioso que El es.
En cada uno de los textos antes mencionados vemos que la meditacion el la Palabra de Dios es el paso numero uno para reconocer la importancia de OBEDECER A DIOS, Muchos tenemos la buena intencion y deseo de obedecer a Dios pero no tenemos la fortaleza o animo para abrir la Biblia y comenzar a leerla.
Al leer y meditar en la Palabra de Dios, nos armamos y vestimos con toda la Armadura de Dios, protegemos nuestras mentes contra todo desanimo, orgullo, vanagloria y veneno que el enemigo quiera injectarnos, nos protege contra todo dardo encendido que los demonios lanzan contra los hijos de Dios. Efesios 6:10-20.
Si hay desanimo, frustracion, rebelion, desobediencia, orgullo, jactancia, vanagloria, pecado en tu vida, confiesa tu rebelion, arrepientete delante de Dios, El te restaurara. Daniel 9. La confesion de nuestros pecados y arrepentimiento de nuestras desobediencias, son las llaves para abrir los cielos de Dios, y para recibir sabiduria y entendimiento.
Eres tu quien tiene que derrumbar las fortalezas, altivez, argumentos, pecados, toda carnalidad que el enemigo ha puesto delante de ti para ensuciar y contaminar tu mente, la mente contaminada mancha y contamina tu espiritu, alma y cuerpo. II Corintios 10: 1-7
Leyendo los pasajes antes mencionados nos damos cuenta que cuando damos a Dios nuestra vida en obediencia en cambio, El nos da su proteccion y bendiciones abundantes. Obediencia es rendir toda nuestra vida, mente, alma, emociones, deseos, intenciones, corazon, fuerzas y toda nuestra voluntad a Dios.
Al rendir nuestra voluntad a la Palabra de Dios, obedeciendo los Mandamientos, Leyes, Ordenanzas, Estatutos y Decretos del Senor, cosecharemos lo mejor de Dios para nuestras vidas, para nuestros hijos y nietos, para toda nuestra familia.
Nosotros somos los que escogemos, Las Bendiciones o Maldiciones, Deut. 7: 12-26, 11: 18-28,
30: 19-20. Oseas 4; 6
Dios ha establecido claramente, si le obedecemos, seremos Bendecidos, Si desobedecemos, las consequencias son graves, Maldiciones, escases, destruccion, muerte, Deuteronomio 28: 15-68,
Isaias 1: 19-20.
El Reino de Dios opera a base de un intercambio, no podemos experimentar recibir y gozar de su provision abundante y misericordia si no le rendimos nuestra voluntad y obediencia absoluta.
Dios y su Palabra son uno, El hara lo que dice, cumplira lo que promete.
Exodo 19: 4-6, Deut. 4: 23-40, 5: 29-33, Zacarias 3: 7, I Reyes 3: 14.
Mateo 7: 24-29, 12: 50, Juan 14: 21-25, 15: 7, Santiago 1: 19-27, I Juan 3: 19-24,
SHABBAT SHALOM
Josue, Moises en el Tabernaculo |
No comments:
Post a Comment